Un reciente fallo emitido por la Oficina de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR) determinó que dos o más condenas por conducir bajo la influencia (de alcohol o drogas) “establece una presunción de que un extranjero carece de buen carácter moral bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad”.
La decisión esclarece uno de los principales requisitos que exige el servicio de inmigración para casos en los que un inmigrante indocumentado enfrenta deportación y solicita la cancelación del proceso por tener más de 10 años en el país, está casado con una residente o ciudadana y tiene hijos menores de 21 años.
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